5 de mayo de 2010

Saeta


Sus ojos miran a través de un flequillo negro como el azabache. Incluso el día más apagado chispean brillantes. Ideas castellanas con raices en su memoria, historias y chiquilladas a las cinco de un domingo. Su cuento de gnomos se escribe en una capital. Su corazón bombea doscientos quilómetros al sureste. Su pe no es novia de príncipes. Tiene ambición, boca por vocación. Que habla por debajo de su flequillo. Negro como el carbón, que crece cada día. Que crece y crece cada día...

Por aquellos momentos, don't stop