30 de marzo de 2009

Los Alisios de mi ventana


Ya no me quedan más días ni momentos para meter en la lavadora. Todos los errores están aseados y guardados en la segunda estantería del armario. Planchando el beso que te di hace unas horas observé que se había desteñido con el resto de caricias. En el super las abuelas no tenían muchas ganas de hablar así que rápidamente subí para lavarlo a mano (compré el mejor jabón). No ha quedado para colgarle una etiqueta de 29,95 y seguro que el próximo día no me lo querré poner. Aun así, aflojé las cuerdas de la guitarra del balcón y puede que mañana cuando me despierte no exista colada, ni memoria. En unas horas no habrá ropa sucia pero siempre quedarán futuros segundos para pringar porque vivo en este tiempo pero también quiero que llegue el siguiente.


Hoy va por Bramante y por Gombrich (aunque no se lo merezcan)

28 de marzo de 2009

Cepillo y gomina

Tomaste la decisión el día que tu corazón corría más que tus pasos, el día que latías más que besabas. Fue en ese instante cuando trasladaste el pañuelo desde tu cuello hasta los azules ojos con los que miras, agarraste una maleta llena de nuevos deseos e ilusiones, llena de miedos y de ganas de temblar y adiós. Recuerdo perfectamente que aposté a que volverías, a que la vida ya era demasiado injusta para ti como para que no fueses a regresar a tu cuna de oro y a tu mierda de cartón. Yo me quedé sentada, esperando en uno por treinta ver como empezabas a creer en la magia. Aunque la magia sea la amante de una capital. Yo me quedaba, tú te ibas y entre todo eso se instalaban las redes sociales, las ganas de volver a vernos y California. Aunque California nunca ha estado a tu altura. Róbale el olimpo al dios de tus ideas, sé amante de quién te dé la gana. Juega en primera, haz todo lo que hagan en rosa. Yo te enseñaré a jugar, te enseñaré a ser más puta de lo que me llaman, te enseñaré a quererte y a viajar en metro. Tú enséñame a volar pero con el pañuelo cruzando mi cuello, que no estoy para decisiones tan complicadas. Entre todo, aquí sigo, uno por treinta y suma y sigue, que te espero. Espero que vuelvas con el mismo color de ojos, con más besos y menos latidos. Que vuelvas enamorada de la vida, que te lo pases bien. Que te lo pases bien. Agarra tu maleta, regresa dentro de seis días y dime si tiene guindilla esta receta...

19 de marzo de 2009

Lacasitos

Veintiuno son muchos para recordarte pero dos y medio demasiados pocos para olvidarte. Tener necesidad de montarme en cuatro ruedas grises me satura cada hora. Simple es tu apellido pero la especialidad es tu nombre. Te quise desde que me nombraste y te olvidé cuando te despediste. Hoy intento mirarte y acostumbrarme a pensar que no te perderé. Me cuesta y sé que fuerzo a mis ilusiones por hacerlo. Lo jodido es que lo consigo. Y lo difícil es que me encanta. Quiero desatarte las ganas de vivir para sembrarte la risa. Quiero ser tú, solamente para, aunque no lo sepa, tener la intuición de saber que existe alguien que desde el momento que me pronunció no me olvida y que no me quiere, porque la amistad siempre ha sido más que eso, por mucho que hablen de qué es amor... Amor eres tú.

7 de marzo de 2009

Está en ti, está en maybelline

Siempre elegías la mejor cama. La más blandita y apetecible. Te sacabas mil excusas para dejar claro que necesitabas descansar ahí y en ningún otro colchón. Te gustaba sentarte a media tarde en la esquina y encender un aparato negro y desgastado con más de cuatro siglos. Solías hacerme callar para escucharlo y ese era el único momento en el que compartías tu somier. Recuerdo perfectamente la sensación de tus dedos rozando mi mano, pegando pequeños golpecitos cuando decidías no seguir acariciándome. Siempre envidiaba tu mesilla, llena de caramelos y pañuelos blancos para la tos. Me encantaba colocarte los pendientes y maquillarte aunque tu belleza no era especial hasta que te cenabas el pintalabios y las dos rompíamos a reír. Pero siempre elegías la mejor cama. La más apetecible. Y desde que te decidiste a dormir en algo blandito yo saboreo los pocos chupa-chups que me regalan y tengo que escuchar la radio en grandes tecnologías. Ahora ya no me pinto los labios. ¿Cuándo compartirás tu nueva cama? Sabes que me encanta el color blanco de la colcha. Si algún día lográs pintarla transparente verás como mi mano es un quita-mocos revolucionario que desde alguna ventana te recuerda.

3 de marzo de 2009

Clave-litos











Empuja un movimiento lento, sin miedo a que se tuerza.
Pulsa la nieve con tensión, agarrótate las manos, cruza los dedos, mira...
Enchufa la oreja a la melodía, créete una experta en lo que te dé la gana.
Colúmpiate en el tobogán, cae hasta abajo. Subirás mientras respiras.
Memoriza aquellos dálmatas que se revolvían en unos viejos pentagramas.
Trágate un reloj y deja que te guíe. Trágate otro y corre.
Clava el pie en el suelo, salta y suelta. No cierres los ojos.
Siente lo que te apetezca, cómo sonreías aquel día...
Los sostenidos son los artificiales pero enséñales.
Dale tu silencio y cállale.
Luego sigue tocando, tatúame tu clave y yo te muerdo la mía
sigue tocando hasta que todo tu vacío sólo sea música.

2 de marzo de 2009

Beefeater

Diez, nueve, ocho, siete nervios y medio.
Dos, tres, cuatro, cinco ganas de verte.
Cero es el miedo.
Sobresaliente: sed de ginebra.