24 de febrero de 2009

Te mereces lo que te falta




Pocas veces tuve valor de agarrarle. ¿Para qué?, si ella misma se mira en el espejo y no se reconoce. Todavía no he visto como gira sobre sí misma, se desnuda y sale corriendo a buscarse. ¿Dónde voy a encontrarle yo? Sabe que con el reflejo no me basta pero detesto verle falsamente divina detrás de un cristal. ¿Comprarle calcetines nuevos para proteger sus pasos? ¿Como quien dice que volverá y nunca regresa? Sí, allí se quedó, tendida entre mis brazos y otros cuatro pares iguales, escuchando para no-creer, mirando para asentir y sólo eso. Diosa de las tinieblas, humor hogareño y transparente. Vestida de rosa y azul, envuelta en mucha seda y prosa, gírate, busca tu culo. Corre y sin aliento porque una buena carrera es un órdago a grande cuando juegas contra dos minúsculos, insensibles y tramposos ases.


-Venía a preguntar por ti porque hace tiempo que no te veo.
-¡Pero serás tonta! Si nos vimos ayer.
-¿Ayer? Pero si hace más de dos meses que no te veo.
-Te estás volviendo loca, ¿verdad? ¿Lo dices en serio?
-Nunca, en toda mi vida, he hablado tan en serio sobre sonrisas.