9 de agosto de 2009

Un descuido de plastilina

Echo de menos eso. Que te quieras. Y que siempre que demos pasos hacia atrás sea en la arena. Para poner remedio con un poquito de agua y sal. Y que se borre todo lo que sabe a limón. Como ayer. Como aquél nombre que se escribía con ele. Y que ahora se escribe, parece, con dos almas y amén. El gran espectáculo de tu infancia. El mayor secreto de tu corazón. Un cuento escrito en unas sábanas. Esas que conducen 90 kilómetros para que te roce. Para que te abrace, para que me abraces. Una autovía para echar a dormir tus inquietudes. Debajo de la cama de un sicario. Armado. Pero sin balas. Una especialidad hecha telenovela, vamos. Pero una telenovela de esas sensibles que a la vez también son de terror. Tu ya me entiendes, ya sabes la historia. Un amor de verano. Que se harta de querer sin que quieras quedarte. Pero ya lo sabes. Y sabes que te acunaré hasta que se mareen mis dedos de tanto quererte, hasta que se acabe la música y no existan notas para esta 'nana'. Hasta que me odies por pertenecerte tanto. Gilipollas, que eres un gilipollas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

precioso

luján dijo...

y qué razón...

eso: "que te quieras"

Anónimo dijo...

ke bonito