29 de septiembre de 2014

Aniversarios de bodas

Enganchas. Igual que lo hace el verano. Que llega así, tan irregular, tan suyo. Que para muchos aparece días después de haber empezado. En esa autopista que se cobra el sentido de tus palabras. Atrapas. Lo haces cuando miras y cuando callas, cuando se te descubre en una película de todo lo que no te gusta. Sorprendes. Como genios de lámparas que no se han agitado. Al ritmo de astronautas que llegan a la luna sin darse cuenta. Mimas. Cada uno de los recuerdos que conservas, cada historia que escribes, cada conversación. Cada jodido detalle. Convences. Lo hace tu autenticidad. La misma que afirma que tú y todo lo incondicional van de la mano. Y mereces. Que todos los momentos que te restan sigan identificándote en esa sonrisa. Con la que enganchas, atrapas, sorprendes, mimas y convences. Con la misma que hoy eres feliz. Y con la misma que nos haces increíblemente felices al resto. Mereces. Es que mereces. Mereces y punto.

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