30 de marzo de 2009

Los Alisios de mi ventana


Ya no me quedan más días ni momentos para meter en la lavadora. Todos los errores están aseados y guardados en la segunda estantería del armario. Planchando el beso que te di hace unas horas observé que se había desteñido con el resto de caricias. En el super las abuelas no tenían muchas ganas de hablar así que rápidamente subí para lavarlo a mano (compré el mejor jabón). No ha quedado para colgarle una etiqueta de 29,95 y seguro que el próximo día no me lo querré poner. Aun así, aflojé las cuerdas de la guitarra del balcón y puede que mañana cuando me despierte no exista colada, ni memoria. En unas horas no habrá ropa sucia pero siempre quedarán futuros segundos para pringar porque vivo en este tiempo pero también quiero que llegue el siguiente.


Hoy va por Bramante y por Gombrich (aunque no se lo merezcan)

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